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Pisto Hortelano

INGREDIENTES: (4 raciones)

  • 2 cebollas

  • 2 tomates

  • 1 pimiento (chile dulce) rojo

  • 2 pimientos (chiles dulces) verdes

  • 1 zucchini

  • 1 berenjena

  • 4 dientes de ajo

 

INGREDIENTES COMPLEMENTARIOS:

  • Perejil

  • 4 cucharadas de aceite de oliva (cada cucharada de aceite añade 133 Kcal. a la receta, es decir, unas 33 Kcal. por ración)

  • Sal marina

 

REALIZACION

  • Pelar y cortar la berenjena, el zucchini, las cebollas y los ajos. Lavar y picar lo pimientos, y triturar los tomates. Lavar y picar el perejil

  • Calentar el aceite en una cazuela y rehogar ligeramente la cebolla y los pimientos; añadir el ajo, la berenjena, el zucchini, y por ultimo, el tomate triturado. Añadir la sal y el perejil. Cocinar a fuego lento, con la cazuela tapada, hasta que las verduras estén tiernas y se hayan consumido el líquido que desprenden las hortalizas durante su cocción. Servir caliente.

PARA PURIFICAR LA SANGRE

 

Prácticamente todas las recetas que benefician al corazón y las arterias, son también convenientes para la sangre, pues ambos son los componentes fundamentales del sistema circulatorio.

            Ahora bien, la sangre no solo precisa de suficiente fuerza impulsora del corazón y vía libre para que pueda fluir libremente, sino que tiene que conservar una adecuada composición, incluido el pH o grado de acidez. Y ella, igual que el resto del organismo, renueva su composición  y se mantiene en los parámetros óptimos gracias a los aportes exteriores que recibe, fundamentalmente a través del aparato digestivo y de la fundación respiratoria.

            Aquello que decían nuestras abuelas de que hay alimentos que “hacen buena sangre” y otros que la pueden hacer “mala”, la ciencia no ha hecho más que confirmar.

            Hasta hace relativamente poco se pensaba que, para que nuestro organismo produzca sangre, es necesario consumir productos de origen animal, como carne o la misma sangre.

            Sin embargo, hoy sabemos que todos los alimentos que necesita una buena sangre se obtienen en mejores condiciones del reino vegetal. Por ello, las recetas de este capitulo se elaboraron principalmente con productos vegetales.

           

Limpiar la sangre

             Hoy, el concepto de “limpieza” o “purificación” de la sangre forma parte de los postulados básicos de las ciencias de la salud con el nombre de desintoxicación u otros similares.

            Hay productos que ingerimos, o restos no completamente eliminados del metabolismo (colesterol, ácido úrico, toxinas, etc.) que “ensucian” la sangre y también los espacios extracelulares; de modo parecido al que se produce en la contaminación de las vías fluviales y los lagos. Así que se impone una acción descontaminadota, y sobre todo preventiva, en nuestro propio organismo.

            Una de las ventajas que tiene la alimentación vegetal, es que aparte de proporcionar todos los principios vitales necesarios para la correcta conservación de la sangre, no la contamina, y además puede colaborar a su purificación. Una de las mejores formas de conseguirlo son las tradicionales curas primaverales, a base de fruta o de verdura fresca.

            Por eso, las recetas y menús de este capitulo favorecen la alcalinización y la “limpieza” de la sangre; además de ser ricas en hierro, componente fundamental de los glóbulos rojos.

 

CONSEJOS PARA LA SALUD:

 

Este plato combina acertadamente diversas hortalizas de efecto alcalinizante. Esto resulta beneficioso en las curas depurativas, para contrarrestar la acidificación de la sangre causada por una alimentación rica en queso, carne y mariscos.

Además, todas las hortalizas de este pisto son ricas en elementos fotoquímicos de acción antioxidante, que protegen contra el deposito del colesterol en las arterias, contra el envejecimiento celular y contra  los agentes cancerigenos. Por ello, el pisto hortelano resulta especialmente recomendable para evitar:

  • La acidificación de la sangre provocada por una alimentación rica en productos de origen animal, lo que causa gota, artritis, cálculos renales, arterioesclerosis y otras enfermedades crónicas.

  • La obesidad, debido a que aporta pocas calorías a la vez que produce un cierto grado de saciedad.

  • El cáncer, gracias a su acción antioxidante y protectora.

 

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